Comprar un piso no es una decisión fácil, es más, es paso que depende de la viabilidad financiera. Y es que únicamente si los números cuadran es posible plantearse si quiera esta opción. Pero no solo la situación económica resulta determinante, sino también el cumplimiento con los requisitos del banco.
Para empezar es necesario considerar si se cuenta con los suficientes ahorros para afrontar el acceso a una propiedad. Si no se han ido acumulando a lo largo de muchos años, siempre se puede optar por otros fondos como pagos anticipados de herencia, préstamos de familiares, avales o regalos de familia. Todas ellas alternativas comunes, viables pero que deben realizarse de la manera adecuada y por escrito. Y es que para solicitar una hipoteca es necesario contar con un 20% de participación patrimonial, especialmente si la propiedad pertenece a un banco. A partir de ahí se calcula un precio de compra que puede ser hasta 5 veces esa cantidad.
Igualmente, se suele establecer que, para evitar problemas de pago, la carga financiera anual no exceda un tercio de los ingresos brutos. Una regla de oro que ayuda, y mucho, a la hora de valorar si el planteamiento de compra de vivienda es realmente factible o no. Y en cuanto a los gastos anuales que derivarán de esa propiedad, se dice que, para una participación patrimonial del 20%, hay que calcular un 6% del precio de compra.
Finalmente, para determinar cuál es el precio máximo al que se puede optar, se dividen los ingresos brutos entre tres, el resultado entre 6 y el resultado se multiplica por 100. Por ejemplo, para unos ingresos de 40.000€ anuales, el cálculo sería el siguiente:
Fórmula: 40.000 euros / 3 / 6 * 100 = 223.000 euros
En definitiva, conviene tomar lápiz y papel y realizar una evaluación exacta de la situación financiera presente, a medio y largo plazo. Solo así se llegará a la conclusión de si se cuenta con la capacidad para afrontar todas las responsabilidades económicas que implica la adquisición de una vivienda.
Fuente: vivires.