Dado que un trabajo estable constituye un factor clave a la hora plantearse la compra de una vivienda, los jóvenes (menores de 35 años) suelen encontrarse con ciertas dificultades en este sentido. De hecho, deben enfrentarse a un mercado laboral incierto y voluble donde toda su hiperformación y alta competitividad no parece hallar respuesta profesional. No obstante, hay quienes en un contexto así eligen dar el paso pero ¿qué es lo que tienen en cuenta para tomar esta decisión?
Obviamente el precio es determinante. Cualquier persona que quiera poner sobre la mesa un planteamiento tan exigente como este debe contemplar minuciosamente sus posibilidades financieras. Con más razón cuando la situación personal en términos de ocupación e ingresos es imprecisa y carece de garantías como puede ser el caso de muchos jóvenes.
Pero, al margen del dinero, para ellos es importante la distribución y disposición espacial de las viviendas. El número de habitaciones, en concreto, parece condicionar en gran medida la decisión de compra ya que les permite ajustar perfectamente las dimensiones a su estilo de vida sin necesidad de afrontar posibles problemas debidas a la falta o el exceso de espacio. Un elemento que para otros sectores demográficos resulta relevante aunque no tanto como para la juventud.
En la medida que pueden, los jóvenes tratan de eludir cualquier casa que implique la necesidad de obras y reformas. Estudian con lupa los pisos y buscan asegurarse que carecen de puntos débiles que puedan sorprender en el futuro con costosos y engorrosos arreglos. Cuanto más nueva y acondicionada la vivienda, menos preocupaciones y gastos.
Respecto a los servicios asociados al inmueble, valoran (y mucho) la presencia de piscina en la urbanización no solo por la privacidad y comodidad que ofrece sino también por la vida social que posibilita ya sea con miembros de la misma comunidad o con familiares y amigos y, por supuesto, por el valor añadido que supone para la vivienda de cara a una venta posterior.
También consideran un elemento muy positivo que la vivienda cuente con trastero ya que, de esta forma, se asegura la disponibilidad de un espacio de almacenaje extra que puede ser crucial a la hora de mantener la casa en orden. Y no menos importante es la presencia de colegios en la zona. Algunos porque ya tienen hijos , otros porque piensan tenerlos, el caso es que se compra pensando en el proyecto familiar, algo que encarece el producto inmobiliario. De hecho, las casas cercanas a una escuela pueden llegar a tener un precio un 6% más alto.
Fuente: idealista, lainformación, coinc, haya.
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