Si quieres vender tu casa no basta con la voluntad ni con una buena ubicación, organización espacial o equipamiento. Una presentación poco cuidada o estéticamente desacertada puede marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso. Por este motivo, además de atender todos los aspectos técnicos de la vivienda es necesario trabajar en la imagen. Solo de esta manera se puede lograr causar una primera impresión absolutamente positiva.
El primer paso para obtener el máximo rendimiento visual del piso consiste en despersonalizar cada rincón para obtener una apariencia lo más neutra posible. Es decir, hay que retirar todos los enseres personales como fotografías, figuras decorativas, cuadros, pegatinas, vinilos, imanes de la nevera, utensilios de higiene personal, albornoces, toallas, paragüeros, juguetes, macetas vacías y todos los elementos que incluyan motivos religiosos, políticos e, incluso, futbolísticos que han llegado a arruinar más de una venta. De esta manera la casa queda despojada de componentes identificativos de un hogar con el que los potenciales compradores no tienen por qué identificarse.
En cuanto al color, se aconseja pintar las paredes de tonalidades claras como vainilla o beige y vestir las camas de las diferentes estancias con tejidos lisos y tonos suaves sin caer en nada extravagante o llamativo. Igualmente, si el sofá es estampado, se puede disimular con alguna manta o plaid de gama cromática neutra. En cuanto a las mesas, si son de líneas rectas y sencillas pueden dejarse a la vista, de lo contrario es más recomendable cubrirlas con manteles evitando los colores oscuros para ganar luminosidad. El resto de piezas decorativas deberían ceñirse a plantas, flores o, como mucho, velas y al empleo de estores o visillos finos en lugar de cortinas.
La limpieza es otro factor clave. Debe ser rigurosa y exhaustiva para asegurar que todo está en perfecto estado de revista. No debe hallarse ni una mota de polvo ni de suciedad en habitaciones, sanitarios, ventanas o cristales ni, por supuesto, en paredes, suelos o puertas. Es un trabajo considerable pero vale la pena el esfuerzo. Es más, una casa impoluta tiene muchas más probabilidades de “entrar por los ojos” que una sucia, descuidada y en desorden.
Precisamente el orden y la distribución del mobiliario también son cruciales para crear una imagen positiva y atractiva de la vivienda. Esto suele forzar la retirada de muebles viejos, obsoletos o deteriorados o de otras piezas disonantes como las desmesuradas estanterías de salón y cualquier exceso de mesas, mesitas y cómodas pasadas de moda que solo pueden generar rechazo estético. Cuanto más despejado esté el espacio, mejor. Y así, al excluir todo lo innecesario y personal se puede permitir la entrada a otros elementos que mejoren el proyecto decorativo de los distintos espacios. Desde cosas tan simples como cambiar las cortinas del baño, la tapa del sanitario o los pomos de los muebles hasta añadir una planta o flores secas sobre una mesa o un letrero de madera para dar un aire renovado a la estancia.
Desde luego, con una tarjeta de presentación así de rigurosa y detallista la venta está mucho más cerca.
Fuente: futurpiso, haya, lainformación.
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